12 febrero 2006

Sigue Sigue Sputnik; inventando el futuro


Qué divertido es jugar con el Youtube, ¿verdad?. Se pasa uno ahí las tardes muertas buscando la canción de Mazinger Z que le marcó de por vida, el vídeo cachondo de moda esta semana en todos los blogs o mismamente subiendo sus videoperformances caseras con la esperanza de que algún cazador de tendencias trastornado le descubra y pueda tirarse el resto de su vida pintando la mona como autor multimedia. Vamos, lo que faltaba para acabar de hundir el ratio de productividad de la industria española.

Pues así andaba yo un día, zascandileando por el Youtube en vez de limpiar el baño o escribir para el blog, cuando se me ocurrió ir buscando mis vídeos musicales favoritos, esos que me habían marcado como persona y proyecto de tío raro que no tiene ya nada de que hablar con sus semejantes. Antes de que mis neuronas llegaran a algún tipo de decisión consensuada, mis dedos por su lado ya estaban escribiendo las palabras mágicas: "Love Missile, Sigue Sigue Sputnik".

Si queda por ahí alguien al que se le active alguna conexión nerviosa después de leer ese extravagante nombre (uno de los mejores de la historia del rock, sacado de una banda callejera de Moscú mencionada en el International Herald Tribune, que global todo) recordará vagamente a unos pintas con bragas en la cabeza, hueveras de kickboxing por encima de los pantalones de látex y los mohawks más altos y oxigenados que uno pueda imaginarse, el kitsch glam extremo hecho vídeo (salvando al guitarrista Neal X cuando iba de traje y corbata de brillantes hecho un pincel, digno heredero del primer Little Richard). En fin, los ochenta en su máxima expresión, aquellos ochenta que todo el mundo odia ya culpa de los pesadísimos revivals pero que yo recuerdo con un irresistible aroma retrofuturista como de plastic age.




"El secreto de la genialidad de Sigue Sigue Sputnik: tres acordes, sintetizadores de un millón de dólares, poner a la gente de los nervios" - libreto interior de Dress for Excess

SSS eran la criatura de Tony James, antiguo cerebro junto a Billy Idol de Generation X, el grupo inventor, con perdón de los Buzzcocks, del punk-pop. Una vez marchado Idol a disfrutar de la vida loca roquera de Los Ángeles (o sea, ponerse morao de tías y droga), Tony, cerebro privilegiado y visionario, después de un atracón de discos de los iluminados del tecno-punk Suicide, puso las neuronas a trabajar para crear el grupo definitivo, la banda más grande que habría visto la Tierra, un monstruo multimedia que daría forma al futuro, el Producto Definitivo, la quinta generación del rock and roll (todavía no sé cuales son las cuatro anteriores, pero bueno).

De acuerdo con la tendencia imperante desde las últimas décadas del siglo pasado la imagen y sobrecarga de estímulos visuales serían la parte fundamental del concepto, Tony no se cortaba en afirmar que "la música no es más que la banda sonora de los vídeos". Así, decidió que SSS serían un grupo de superhéroes glam que vivirían en un mundo a medio camino entre como se imaginaba el futuro en los ochenta y la película porno de lujo; contaminación visual de anuncios, vídeos, fragmentos de películas y pantallas de televisor por todas partes, la omnipresencia de tecnología rozando el tecnofetichismo (mola ver en vídeos del 86 la fascinación que gastan con Japón, jugueteando con teléfonos móviles, cámaras de vídeo, minitelevisores, minirreproductores de audio o lamiendo un cd), gráficos computerizados de ocho bits, la ultraviolencia de coña, descontextualización de iconos políticos (la hoz y martillo que lucía Neal en su guitarra, la apología irónica del capitalismo futurista), la guerra fría, la proliferación nuclear y la reaganiana fascinación por las armas de gran calibre como metáforas de pulsiones sexuales reprimidas (Toma ya, ni Ballard, memorable la portada del single de Sex Boom Boogie; una ristra de consoladores que a primera vista asemejan un cargador de fusil). El cine basura de todo un John Waters, la ciencia ficción (desde la recurrente Blade Runner hasta los tebeos de American Flagg! de Howard Chaykin), y el libre mercado entendido como arma subversiva en buenas, o mejor dicho, malas manos (en la Sputnik Corporation cabían proyectos multimedia desde el canal de TV hasta la ropa, los juegos de ordenador, el cine, la inversión inmobiliaria, las botas de tacón de aguja para hombre, en fin, de todo). Y como guinda la siempre imprescindible manipulación mediática que tan buenos resultados les había dado a los Sex Pistols unos años antes. Se puso en marcha una demencial campaña publicitaria en la que James no se cortaba un pelo declarando que su intención era desplumar a todo el mundo con un grupo de figurones incapaces de tocar ni una nota; "puedes enseñar a cualquiera a tocar la batería, pero no puedes enseñarle a ser una estrella". Con fantasmadas como ésta se ganaron el creciente resentimiento de la crítica más seria y un contrato por un millón de libras con EMI sin tener apenas cuarto y mitad de canciones preparadas, pero sí un par de años de inmersión en las raíces del rockabilly, ensayando únicamente canciones de Elvis y Eddie Cochran.

"El placer es nuestro negocio" - inserto publicitario de la Sputnik Corp. en Flaunt It!

Esa locura publicitaria era, en esencia, SSS; vivir todas las fantasías del rock pero a tope ("No escuchar acompañado de un adulto" rezaba una de las múltiples sentencias que plagaban el libreto del primer disco). Disfrutar de las drogas más selectas, el champán más caro, la tecnología más de vanguardia, los hoteles más exclusivos, los clubes más de moda, las limusinas más largas, el sexo de todo género y manera, mientras la Sputnik Corp. se encargaba de todo. El objetivo era destilar irónicamente la esencia del rock y el pop como hijos que son del capitalismo optimista de los cincuenta pero trasladados al sueño de los años ochenta; revolcarte sin pudor en el hedonismo en todo su exceso porque sabes que, en cualquier momento los misiles nucleares podrían estar surcando el aire. SSS venían a ser a su época lo que el porno al sexo, una fantasía salida de madre que no tiene absolutamente nada que ver con la realidad, lujosísima y colorista, donde nadie es feo ni torpe, todo el mundo es elegante, fashion, divertido y está a la última. Una fantasía donde traer de una vez a la realidad ese futuro imaginado que nunca acaba de llegar, perfecto, brillante, pulido y penetrante como un consolador lubricado. Y a mí no me importaría pasarme tres semanitas de vacaciones ahí en la Cúpula del Placer...




"Dentro de cien años entro en un club y Elvis está tocando rock and roll de tres acordes en un increíble equipo de alta tecnología. ¡¡¡Así es como quiero sonar!!!" - libreto interior de Dress for Excess.

Y la cosa suena como un tiro de rockabilly de los años cincuenta cortado con Suicide, Cramps, T-Rex y unos New York Dolls guerreros de la carretera. El bajo computerizado de una sola nota de Tony (aquel ratonero chacachacachacachaca) es la guía para una batería doble que suena como un par de robots japoneses aporréandose mecánicamente. Sobre este paisaje rítmico post industrial llamean los riffs glam de Neal X, como explosiones de naves enemigas en una versión hipertecnológica de Space Invaders. Finalmente Martin Degville escupe frases cortas, absurdas e imperiosas como eslóganes publicitarios, un Bowie transexual camp puesto de popper con su voz distorsionada a base de overdubs, reverbs, ecos y todos los efectos que existan en un estudio. Todo esto pasado por el tamiz de los sintetizadores de Yana Ya Ya; omnipresentes samples de música clásica y películas que iban desde La Naranja Mecánica hasta Harry el Sucio y Terminator pasando por El Precio del Poder o Rollerball. El rock and roll del futuro, la sensación de estar conectado con un enchufe neuronal a la red abrasándose el cerebro con información pura. El puto caos, en suma.

Eso era Flaunt It!, el impactante debut en el que todas las canciones suenan casi igual, una desquiciada sobrecarga de estímulos e información, el primer y casi único disco que se puede calificar de auténticamente cyberpunk (este disco no es sobre cyberpunk, no va de cyberpunk, no se autocalifica de cyberpunk, ES cyberpunk). Con aquellas letras sin sentido ninguno que manejaban la técnica del eslogan publicitario pervirtiendo su sentido original para convertirlas en propaganda y apología de la destrucción masiva, ultraviolencia, juegos de ordenador, terminators, ciencia ficción, chicas Atari, sexo transexual... Con el añadido de que entre canción y canción habían incluido anuncios, no se sabe si en serio o para provocar, pero que le dan al conjunto un aspecto de artefacto proveniente de un futuro alternativo donde reinara un capitalismo gobernado por consejos de administración en los que implacables T1000 tomaran las decisiones. El producto (nunca mejor dicho) es rematado por una preciosa portada remedo de la caja de un robotazo japonés de juguete y un abigarrado libreto plagado de parafernalia japonesa, fichas de los ídolos, publicidad, fragmentos de letras, ubicuos eslóganes..., el juguete perfecto del siglo XXI.

"El sentido del humor es siempre esencial" - Tony James en el libreto interior de Flaunt It!

Lamentablemente nadie o casi nadie pilló la posmodernísima y artística broma conceptual. Aunque Flaunt It! vendió un millón de copias, que no está mal, SSS no lograron el éxito masivo necesario para convertirse en el grupo definitivo que pretendían ser; ni canal de televisión, ni compraron la EMI, ni, lamentablemente, los hombres acabaron llevando tacones de aguja, ni nada de nada. Masacrados por una crítica que les tenía ganas por (aparentemente) no tomarse en serio la música, abusar del sexo y la violencia para vender y ser un grupo prefabricado (cosas que, como todos sabemos, nunca se han dado en el mundo del pop-rock) y siendo el hazmerreír de la industria por el batacazo comercial, los sputniks tardaron dos años en crear la continuación a Flaunt It!. El segundo disco, Dress for Excess, parecía una disculpa, el eslogan central era, irónicamente, "Esta vez es la música" y en la portada lucían una cita del Neuromante de William Gibson; "la calle encuentra su propio uso para las cosas" (lamentablemente Gibson, a la hora de retratar un grupo pop en sus novelas optó por el modelo U2 en vez del visionario SSS).

Sin duda presionados por la discográfica para sonar más comerciales y variados (incluso las letras tienen algo de sentido), Tony James traicionó sus principios para facturar un disco esquizofrénico donde chiste-canciones como Success (a pachas con los productores más odiados del mundo: Stock Aitken y Waterman) se dan de ostias con trallazos descartados de Flaunt It! como Jane Mansfield. A pesar de todo, no faltan las buenas canciones; Dancerama (en otra pincelada visionaria el vídeo de esta canción es una simpática adaptación de La Jeteé de Chris Marker, el corto de culto inspirador de los 12 monos de Terry Gilliam), Satellite, Super Crook Blues o Mutual Assured Destruction (M.A.D.) la demencial apología de la guerra nuclear como neurosis sexual (don´t get hard in my backyard), tan profética ella que debe estar sonando día y noche en los laboratorios nucleares iraníes ahora mismito (you´ll never lost a war by being too strong, and you´re never too strong when you got the bomb).



"La historia nos dará la razón" - página web oficial del grupo.

El ostión fue definitivo, barridos por las volubles oleadas del mundo del pop, SSS desaparecieron y fueron olvidados, archivados como otro fenómeno de feria de aquellos locos años, mientras los más listos carroñeaban las ideas más felices e innovadoras del grupo: el montaje multimedia, el sampleo a tutiplén, la fusión de rock, tecno y disco, la ironía, hasta la parafernalia japonesa. U2 llegaron a saquear sin vergüenza el montaje que los sputniks realizaron en el Albert Hall del 86 para su gira del ZooTV, con aquellas pantallas lanzando eslóganes al público.

A partir de ahí desbandada general, acabando el pobre Tony por ganarse las lentejas como mercenario en Sisters of Mercy. De vez en cuando surgían ecos de los antiguos Sputniks, un disco en solitario de Martin Degville, el intento de revivir el espíritu Sputnik aunado con los grupos prefabricados de chicos en el proyecto de The Next Generation (fallido disco que sólo se publicó en Japón), etc, etc. Hasta que algo tan sputnikiano como es internet reactivó al monstruo. El rumor de fondo de los fans que habían encontrado en internet ese lugar idóneo donde reivindicar a sus ídolos, enterneció a Jamesss, que preparó una la vuelta junto a los dos compinches que pintaban algo en el grupo; Degville y Neal X. El resultado son dos discos de glam futurista y uno de alienígenas versiones de Elvis, cuya aparición provocó incluso la edición de un grandes éxitos por parte de EMI. Nuevos e ingeniosos eslóganes, apología del intercambio musical por internet, coqueteos con el electro, el dance, la cultura de club, giras en locales pequeños que rozaban lo insignificante, la marcha de Degville, etc, etc, en fin, lo que es un grupo al que ya se le pasó el arroz y corretea desesperadamente detrás de todas las modas que se ponen a tiro. Pero aunque los discos de la nueva etapa no están del todo mal y tienen alguna canción aprovechable, su trabajo ya está hecho de sobra con Flaunt It!, el brillante artefacto que debería haber quedado como una pieza única, la burla irónica a un rock and roll que ha perdido todo el glamour y la diversión, que se toma demasiado en serio a sí mismo con sus ridículas pretensiones de autenticidad en un mundo donde el mercado, la publicidad y el dinero lo son todo. Y al final el futuro adelantó a SSS, ellos lo inventaron; por fin la historia les dió la razón.


19 comentarios:

Andrés dijo...

O_O

Así me he quedado. Cómo molan los ochenta. No conocía a este grupo, pero vamos, menudo homenaje te has marcado, y la verdad es que me han divertido mucho. Qué invento esto del YouTube, deja todo a punto de caramelo.

Anónimo dijo...

Jeje, ni idea de qué es eso del youtube, pero los SSS serán siempre grandes.

Llosef

fonz dijo...

Pues el Youtube es como un Google que te busca vídeos de todo lo que se te pueda pasar por la cabeza (bueno, todavía no hay nada de los Residents, Cabaret Voltaire o TV Personalities, pero todo se andará). Si pinchas en los enlaces verás fantabulosos clips de SSS que servidora y otros colgamos en el Youtube.

Anónimo dijo...

Pues yo soy de una epoca posterior, pero escuche love misil hace 1 semana en cadena 100 y llevo desde entonces tarareanto el chacachaca como tu le llamas.

Aunque como decia antes, yo naci en el 78, me encanta la MUSICA, elvis,pop,tecno,house y desde hace unos dias los sputnik.

Buen homenaje te has marcado, mi mas sincera enhorabuena por lo bien explicado y documentado.

Anónimo dijo...

Hola amigos,soy GAbriel desde Argentina, EXCELENTE nota, muy completa, yo consumi a los sputnik a full hoy tengo 40 anios y me la pase barbaro con su musica.
Congratulations, buenisima data.
Saludos
GAbriel

Anónimo dijo...

yo era de los que flipaba con el grupo y ahora que vuelvo a verlos por internet sigo flipando.llevaba mucho tiempo intentando averiguar que coño habia sido de esta gente y gracias a esta pagina ya me he quitado las dudas.

Pesanervios dijo...

Lo de buscar los vídeos favoritos por Youtube es algo ya imprescindible en mis ratos libres también. Jejeje.

Lo que no conocía era la banda, a los SSS. Había oído ya hablar de ellos, sobre todo en la Popu, donde los tienen endiosados. Pero dándome una vueltecita por el estupendo blog de fonz ví los extraños vídeos y me quedé con ganas de más. Así que he podido escuchar ya tanto "Flaunt it" como "Dress for excess". ¡¡Me encantan!! ¡¡Qué grandes!!

Anónimo dijo...

La primera ver que escuche a los sputnik flipe, tenía 12 años y me compre su primer vinilo "flaunt it" hoy tengo 32 años y para mi es un disco de culto. Los sputnik me han marcado.

Anónimo dijo...

Grandisimo grupo y los discos nuevos son tb una pasada sobre todo el de versiones de ELvis
Larga vida al sputniksound y al spacebasss

Anónimo dijo...

Yo tenía desde 1986 en cassette el 1er. disco de SSS y se me rompìó.
Un amigo me dijo en 1987 "ojo con poner ese casette - te van a mirar raro".
Que épocas.

Anónimo dijo...

Gracias por homanajear a esta increible cascada de ideas llamada Tony James . Creo que ha sido el grupo mas imaginativo que el mundo a dado ( q me perdonen They Might be Giants ) , me encanta su estética , música e ideología . Les has visto x españa en su reunificacion ? , creo q este Julio vienen de nuevo x estos lares .
Te recomiendo tb ese gran grupo de James junto al ex clash Mick Jones , CARBON SILICON

Everybody wants what sputnik wants

Anónimo dijo...

Era yo un chaval estaba viendo la tele con mi hermanito y sin previo aviso aparecen los notas sss "cantando" Love Missile, mi hermano se paso un año berreandome al oido "Maximilian se tira un peo", porque algo asi entendió el muchacho que deciá la canción. El caso es que ahora que leo el artículo se me ha metido en la cabeza el dichoso estribillo. Que locura!!!!!!!

Anónimo dijo...

SSS, demasiado modernos para la época!!!

Anónimo dijo...

impresionadita me kedo con este articulazo de homenaje a los sigue sigue!! los conozco desde su primera epoca y me siguen pareciendo de los mas actual, creo ke fueron unos visionarios.
es la primera vez ke leo este blog, pero despues de esto creo ke sere asidua...
sigue sigue forever!!
misfita

Anónimo dijo...

Brillante y espectacular artículo.
Felicitaciones totales.

Anónimo dijo...

pues tambien han llegado todos estos comentarios a la isla de ibiza, aqui tambien hay muchas cosas de contar sobre ellos, donde tocaron, donde pasaron vacaciones, seguire seguire visssitando este blogg, soy el fan n1.11, me encantaria conocer a alguna chica fan..(dificil) mi direccion es jonasibz@hotmail.com

El Paisa dijo...

Buen post. Totalmente cierto que la banda parece venida del futuro, pero más por lo que transmiten, nada más que un mundo encolerizado por el consumo.

Anónimo dijo...

Yo tenía 15 años cuando un colega punky me grabó el famoso "Love missile F1.11" y las otras dos canciones del SINGLE (y si había más, es que mi amigo no era tan amigo y me las ocultó). Dos años después, ví en la tele el vídeo de "21st Century Boy", que me gustó más que lo primero.
¿Qué puedo decir?
Me crié escuchando "los 40 principales" y creyendo que ésa era la ÚNICA música que había. Mi amigo me hizo descubrir un tipo que nunca había salido por la radio: "La Polla Records", "Kortatu", "Tijuana in Blue", etc.
Sigue Sigue Sputnik (por cierto, que alguien tiene que explicarme qué quiere decir "Sigue Sigue", porque no creo que esos rusos supieran castellano)no pintaron para mí sino otra peculiaridad de aquella música antisistema que escuchaba; el mismo tipo de coplas, pero con sintetizadores y parafernalia futurista. Lo que no sabía yo era que su intención era intentar revolucionar el espectro comercial de la música. Lo que sí sé es que fueron absorbidos por él. Y es que, tan modernos como eran, no tuvieron en cuenta el viejo adagio "lo que hoy es noticia, mañana es historia". SSS son historia; la historia de una revolución modernista que nunca llegó a prosperar. Y es que también olvidaron que la revolución coge su nombre del mismo significado de la palabra; es decir: da una vuelta y termina donde empezó, sin avanzar nada.
Una última cosa: con sus aciertos y con sus errores, quiero decir que les guardo un cariño muy especial a los SSS, pues forman parte de mi historia vital, tanto como ahora la forman los grupos heavies, y siempre que los vuelvo a escuchar, lo hago con una sonrisa en la boca

Anónimo dijo...

es cierto los rusos no saben castellano pero aca te dejo una foto de uno de los maxis de F1-11 LOVE MISSILE http://991.com/newGallery/Sigue-Sigue-Sputnik-Love-Missile-F111-20427.jpg

Cinco novelas de 2023