Haciendo manitas
Acaba de ponerse a la venta por fin el cuarto volumen de la maravillosa "Maison Ikkoku" de Rumiko Takahashi, la serie modélicamente bimestral; este mes no sale, al otro tampoco. Y como Glenat promete que, sí, que ya se recupera la edición regular, este un momento tan bueno como cualquier otro para darles la tabarra con ella.
Mi primer recuerdo de Ikokku es de por allá principios de los noventa, cuando acababan de surgir las televisiones privadas y todavía se consideraba echar dibujos para los críos por las tardes (pobrecillos). Era la época del bum del anime en las teles, os acordaréis; Bola de Dragón, Campeones, Bateadores... (es que enternece y todo recordarlo). Y una perla rara a las seis de la tarde en Antena 3; "Juliette, Je t´aime".
Lo primero que me llamó la antención al pasar por delante del televisor fue que salía una señorita bolinga y semidesnuda en negligé. Así que, consultando el reloj para confirmar si aún estábamos a media tarde (eran otros tiempos), me quedé un rato a ver la serie por puro interés sociológico, me preocupaba que nuestros indefensos infantes pudieran llegar a contemplar según que cosas. Y lo que parecía un despendole no era más que un divertido culebrón romántico de libro en el que destacaba una caterva de secundarios enloquecidos a cada cual más demencial. Así que me fui enganchando, interesándome por los personajes, medio cuadrando la historia. Hasta que, vaya, apenas dos semanas después la serie terminaba.
Por aquella época Planeta comenzaba a publicar los primeros mangas en España a rebufo de "Bola de Dragón". Un poco a voleo se iban editando aquellos cuadernillos de tapas de cartón, tamaño comic book (era una época en que se creía que todo lo que saliera en formato comic book iba a vender por cojones, digooooo, por formato. También enternece lo suyo acordarse). Series horribles casi todas, excepto "Mai la chica psíquica". Luego, al calor del anime televisivo, apareció otra serie aprovechable; "Ranma 1/2". Y cuando leí el primer número de este tebeo en casa de un amigo me aticé un golpetazo en el cabezón: "Joé, ¡¡¡la tía que dibuja esto es la de la Julieta aquella!!!"
Mi primer recuerdo de Ikokku es de por allá principios de los noventa, cuando acababan de surgir las televisiones privadas y todavía se consideraba echar dibujos para los críos por las tardes (pobrecillos). Era la época del bum del anime en las teles, os acordaréis; Bola de Dragón, Campeones, Bateadores... (es que enternece y todo recordarlo). Y una perla rara a las seis de la tarde en Antena 3; "Juliette, Je t´aime".
Lo primero que me llamó la antención al pasar por delante del televisor fue que salía una señorita bolinga y semidesnuda en negligé. Así que, consultando el reloj para confirmar si aún estábamos a media tarde (eran otros tiempos), me quedé un rato a ver la serie por puro interés sociológico, me preocupaba que nuestros indefensos infantes pudieran llegar a contemplar según que cosas. Y lo que parecía un despendole no era más que un divertido culebrón romántico de libro en el que destacaba una caterva de secundarios enloquecidos a cada cual más demencial. Así que me fui enganchando, interesándome por los personajes, medio cuadrando la historia. Hasta que, vaya, apenas dos semanas después la serie terminaba.
Por aquella época Planeta comenzaba a publicar los primeros mangas en España a rebufo de "Bola de Dragón". Un poco a voleo se iban editando aquellos cuadernillos de tapas de cartón, tamaño comic book (era una época en que se creía que todo lo que saliera en formato comic book iba a vender por cojones, digooooo, por formato. También enternece lo suyo acordarse). Series horribles casi todas, excepto "Mai la chica psíquica". Luego, al calor del anime televisivo, apareció otra serie aprovechable; "Ranma 1/2". Y cuando leí el primer número de este tebeo en casa de un amigo me aticé un golpetazo en el cabezón: "Joé, ¡¡¡la tía que dibuja esto es la de la Julieta aquella!!!"
Sí, "esa tía" era la legendaria mangaka Rumiko Takahashi, la misma que había creado a la Julieta aquella. Que no se llamaba Julieta, por cierto. En fin, me enganché al delicioso culebrón de batalla de sexos (en el más estricto sentido de la palabra) que era Ranma y por los correos al fin me enteré; Julieta tenía por nombre un más nipón Kyoko y la serie aquella de la que tenía un fugaz y estupendo recuerdo se llamaba en realidad "Maison Ikkoku". Y aprovechando el éxito de Ranma, Planeta editó Ikkoku con el nombre de la serie televisiva en castellano; "Juliette Je t´aime" (como si alguien fuera a acordarse todavía).
La cosa duró siete números en aquel formato horroroso comic book de apenas cuarenta y ocho páginas con tapa de cartón. Y no tuvo mucho éxito, ni entre los otakus que la encontraban simplona, demasiado adulta. Así que los ikkokufilos nos quedamos a verlas venir y tuvimos que contentarnos otras obras de la Takahashi a falta del santo grial que llevarnos a la boca. Excelentes casi todas: "La tragedia de P", "One Pound Gospel", "Uno o dos"...
Pero aún así se notaba cierto run-run respecto a esta serie de culto con sus respectivos fans de culto, que, por ejemplo, editaban artesanalmente aquellas cutres ediciones piratas de tapas amarillas que iban saliendo a la luz de vez en cuando. Y, por fin, Glenat, que se había hecho con otras obras de la Takahashi como la edición completa de "Ranma 1/2", nos hizo inmensamente felices; saldría "Maison Ikkoku" en tomazos, orden de lectura japonés (ay), una edición como Dios y la Takahashi mandan.
La cosa duró siete números en aquel formato horroroso comic book de apenas cuarenta y ocho páginas con tapa de cartón. Y no tuvo mucho éxito, ni entre los otakus que la encontraban simplona, demasiado adulta. Así que los ikkokufilos nos quedamos a verlas venir y tuvimos que contentarnos otras obras de la Takahashi a falta del santo grial que llevarnos a la boca. Excelentes casi todas: "La tragedia de P", "One Pound Gospel", "Uno o dos"...
Pero aún así se notaba cierto run-run respecto a esta serie de culto con sus respectivos fans de culto, que, por ejemplo, editaban artesanalmente aquellas cutres ediciones piratas de tapas amarillas que iban saliendo a la luz de vez en cuando. Y, por fin, Glenat, que se había hecho con otras obras de la Takahashi como la edición completa de "Ranma 1/2", nos hizo inmensamente felices; saldría "Maison Ikkoku" en tomazos, orden de lectura japonés (ay), una edición como Dios y la Takahashi mandan.
Y a usted, querido lector, que si no ha abandonado por desesperación la lectura de este post ya estará bufando, pensará; "Vale pesaooooooo, ¿y de qué coño va el tebeo éste?", le aclaramos el tema. En sencillitas palabras; "Maison Ikkoku" es nada menos que uno de los mejores tebeos japoneses que se hayan publicado jamás en España (con perdón de "Dr. Slump"), la comedia romántica de nuestra vida, la felicidad hecha tebeo. La historieta que demuestra que las historias las hacen los personajes y que, en la sencillez está la verdad. Y divertidísima de leer, vamos, graciosísima, el tebeo que siempre recuerdas con cariño y una sonrisa.
El planteamiento es, engañosamente, muy simple. A una casa de huéspedes llega una nueva administradora, joven, guapa y viuda. La casa en cuestión es un gallinero demencial compuesto de los mejores secundarios vistos en un tebeo en mucho tiempo: Godai, un estudiante fracasado y capullete, Mr. Yotsuya, un tipo misterioso y gorrón, una camarera pendón llamada Akemi, la señora Ichinose, una mujer de mediana edad, bebedora, cotilla y con un agudo punto de sabiduría popular y su hijo pequeño Kentaro. Todos ellos gustan de reunirse en la habitación de Godai a celebrar fiestas, gorronear, emborracharse y putearle en general. ¿Y cuál es el conflicto?. Evidentemente, el cateador se enamora de la administradora, un amor aparentemente imposible. Y nosotros asistimos a la evolución de su relación en capítulos cortos que van enriqueciendo la historia, un clásico culebrón romántico trufado de los habituales equívocos, dudas, temores, si, no, me quiere, no me quiere, añadiendo matices del pasado de los personajes, de su personalidad, de la de los secundarios, construyendo un panorama coral de deliciosa cotidianeidad.
El planteamiento es, engañosamente, muy simple. A una casa de huéspedes llega una nueva administradora, joven, guapa y viuda. La casa en cuestión es un gallinero demencial compuesto de los mejores secundarios vistos en un tebeo en mucho tiempo: Godai, un estudiante fracasado y capullete, Mr. Yotsuya, un tipo misterioso y gorrón, una camarera pendón llamada Akemi, la señora Ichinose, una mujer de mediana edad, bebedora, cotilla y con un agudo punto de sabiduría popular y su hijo pequeño Kentaro. Todos ellos gustan de reunirse en la habitación de Godai a celebrar fiestas, gorronear, emborracharse y putearle en general. ¿Y cuál es el conflicto?. Evidentemente, el cateador se enamora de la administradora, un amor aparentemente imposible. Y nosotros asistimos a la evolución de su relación en capítulos cortos que van enriqueciendo la historia, un clásico culebrón romántico trufado de los habituales equívocos, dudas, temores, si, no, me quiere, no me quiere, añadiendo matices del pasado de los personajes, de su personalidad, de la de los secundarios, construyendo un panorama coral de deliciosa cotidianeidad.
Y como esto es un tebeo japonés, la tensión amorosa se estira durante tomos y tomos (diez) enredando la trama hasta el agónico final, añadiendo nuevos giros argumentales en una apabullante exhibición de técnica y recursos narrativos con la mínima cantidad de elementos posibles. La capacidad inagotable de Takahashi y sus ayudantes para fabricar un tebeo divertidísimo de gente hablando en una habitación, de crear situaciones con apenas media docena de elementos sin ser repetitivos, es deslumbrante. Aún así, poco a poco, se van añadiendo personajes a la fórmula; la abuela de Godai, Mitaka, un profesor de tenis que configura el inevitable triángulo cateador-casera y otras muchachas que se enamoran de Godai o Mitaka, convirtiendo el triángulo en cuadrado, en pentágono... Todo con exquisito cálculo, de una narrativa tan fluida que ni se nota.
Y al final la comedia romántica se revela como la historia de nuestro cateador-alter ego, un muchacho que va creciendo y haciéndose un hombre poco a poco y a duras penas, como un Peter Parker japonés y sin poderes (la comparación no es gratuita, Takahashi se declaraba fan en su juventud del "Spiderman" de Ryoichi Ikegami). Incluso el cachondeo se ve puntuado por detalles emotivos que invitan a la reflexión sobre la naturaleza del amor y las relaciones personales. Aunque es una historia que Takahashi viene contando en casi todas sus obras con diversas variaciones, es en Ikkoku donde más cerca está de la perfección: menos enloquecida que "Lamu", más sólida y menos repetitiva que "Ranma 1/2", más enjundiosa que la también magnífica "One Pound Gospel". Y así, con la modestia que da la sencillez, "Maison Ikkoku" se alza como la comedia romántica perfecta, lo que todos querríamos que hubiera sido la historia de nuestra vida.
10 comentarios:
Resenya genial de un manga al que tambien tengo muchas ganas...
Mmmmf. Maldita sea. Me veo manyana comprandome los 4 tomos.
De todos modos, fonz, yo no soy muy de manga que digamos.. De todos modos supongo que Maison Ikkoku tampoco es para gente muy de manga, no?
Y lo que me pasa es que siempre estoy a ver si compro un tomo para empezar, (entre 20th Century Boys, Maison Ikkoku y Vagabond) al final no me decido y no compro nada...
Bueno, un saludo!
Pues no te lo pienses mucho Xoota y hazte con todos los tomos de Maison Ikkoku y todo lo que tenga el nombre de Rumiko en la portada, bueno menos el Inu-Yasha... XD
Ah y el Monster y el 20th Century Boys también, claro.
Fonz: Me ha encantado este post. Yo también me acuerdo de la serie de Antena-3 y lo que me jodió cuando la dejaron de emitir.
Luego me acuerdo que cuando fui a Italia en fin de curso, la serie la emitían en prime-time y allí era todo un fenómeno. Vamos, casi como aquí... XD
Una recomendación: Pillaos el Bateadores. Simplemente magistral.
Me alegra que os haya gustao, muchas gracias por los elogios.
Xoota,
Bueh, pues recomendé este tebeo en el Viñetas de Cyberdark y la única persona que picó no le gustó, le pareció demasiado simple, así queeee... Pero es una serie muy mona, si pudieras hojear de gorra el primer tomo sería ideal.
Luego, manga que a mí me guste... pues muchos pero curiosamente me vienen a la cabeza cosas anteriores al boom del manga "de calidad" tipo Buda, Adolf, Monster y tal que es lo que te va a recomendar todo el mundo (y que están muy bien, cuidao).
Mis tebejos japoneses favoritos son "Santuario" de Fumimura e Ikegami (cuidao con la nueva reedición), "Regreso al mar" de Satoshi Kon, "One Pound Gospel" y "La tragedia de P" de la Takahashi, "El caminante" de Taniguchi (lo conoci cuando el Víbora), "Version 1.0" de Sakaguchi, "Pesadillas" de Otomo, el enorme, maravilloso "Dr. Slump" de Toriyama... De los últimos, el sensacional "Dragon Head" el que más, a pesar del final. Si os apetece voy poniendo poco a poco reseñas de estos mangas publicados hace años y algo menos conocidos, o hago un articulillo más general.
Ya tienes pa buscar esta tarde por los Madriles...
Interesante los comentarios, me pdorian recomendar algun manga para mujeres, es que mi novia se quedo con la versión animada de "La princesa Caballero" y desde hace mucho tiempo he querido regalarle algun managa, pero no se me ocurre cual...
Estimado anónimo,
Corra raudo a su tienda de tebeos más cercana para adquirir la reciente edición de Glenat de "La princesa caballero" del maestro Tezuka, uno de los primeros mangas para chicas (shojo) y así quedará usted como un señor con su media naranja
Y esto del shojo es un mundo del que poca idea tengo... Por si le sirve de ayuda a mi hermana le gusta mucho "X" de las Clamp, es una serie que está bien, muy pop, como todo Clamp en general. "Runroni Kenshin" un manga de samurais también le pirra, así como "Detective Conan" Así como cualquier cosa de Rumiko Takahashi que ya mencionamos más arriba.
Al final cayó el primer tomo de Maison Ikkoku.
Supongo que no me defraudará. Aunque haya dicho que no soy muy de manga, he de reconocer que una de las razones por las que leo ahora comics es el Goku (tengo todo Dragon Ball entero... Y lo último que ha hecho Toriyama, Neko Majin, me parto el culo con ello, a ver si se atreven aquí a sacarlo), y ya devoré en su momento todo Ranma 1/2 en la horrenda versión de Planeta Agostini... Vamos, que también me crié con el Manga. Y Maison Ikkoku tiene una pinta estupenda. Y la edición es una maravilla, aunque el encolado de mi tomo era una basura, y se ha despegado...
Pues no me ha defraudado el primer tomo. Me gusta el aire desenfadado que se respira durante todo el comic, con un ritmo muy vivaz... Ahora sufriré lo mío, porque tendré que desembolsar los dineros para los tomos que me faltan... :)
Bueno, a ver si voy respondiendo comentarios, que vais a acabar pasando de mí y con toda la razón. Mil disculpas.
Xoota,
Es que Toriyama es un monstruo, creo que no se le ha reconocido lo suficiente por causa de "Dragon Ball" (el tebeo más querido/odiado en el mundo comiquero). Doy por hecho que habrás leído "Dr. Slump", que obra maestra, que imaginación, que risa y que zumbao está, es un genio. Otro que está muy bien es "Cowa!". ¿De qué va "Neko Majin"?. Es curioso, hace tiempo que no se sabe nada de Toriyama en el mercado español cuando hubo un momento que lo era todo...
Me alegro mucho de que te haya gustado Ikkoku, espero que según avance te vayas viciando más. Más o menos mantiene el nivel, lo que sí mejora es el dibujo. Eso sí, que te devuelvan tu ejemplar, que el mío está perfectamente.
Hablo de Neko Majin en el flog impronunciable :)
Un saludo!
A raiz de este recordatorio se lo he dejado a mi santa, que últimamente me está leyendo bastantes cómics, y es que se parte el cuadro. Es su primer manga (además en formato oriental) y esos registros que sólo conoce de series de televisión como Chicho Terremoto (los gestos deformantes, las caídas al suelo cuando ocurre algo inesperado, el sentido del humor tan simple como efectivo,...) y la "tensión" romántica la tienen entre enganchada e hiperdivertida. Ya tengo por aquí preparados varios tomos de Ranma 1/2, el mencionado Doctor Slump o Bateadores.
Es normal que estos mangas tengan su éxito entre el público femenino. Una pena que su nula difusión fuera de entornos frikis impidan que haya una eclosión como la que existe en otros países...
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