Nueva entrega del coleccionable "lecturas del saló" que a este paso va a acabar en diciembre (y ya estoy comprando unas cuantas novedades que no son del salón, dios, que agobio...). Les dejo entretenidos con otra tanda de reseñas mientras ando por Santiago poniéndome morao de albariño, ribeiro, lacón, pulpo, empanada, tigres, vieiras, chorizo, queso, langostinos...
Manuel no está solo - Rodrigo.Sinsen tido. Cartoné. b/n. 140 páginas. 20€.
¿Quién podría decir que la historia de un romance entre dos señores barbudos podría resultar tan bonito?. Pues sí, este tebeo, en el que Rodrigo relata una breve relación con su amigo Manolo durante el Madrid de los ochenta, es uno de los tebeos más hermosos que me he podido echar a la cara este verano (y van unos cuantos).
Reedición de las historietas publicadas en La Luna de Madrid, una revista moderna de la época, Manuel... es la crónica de la breve historia de amor truncada entre Rodrigo y Manuel en el trasfondo de un Madrid delicioso, ideal y mágico como nunca había visto antes. Una ciudad pletórica, embriagada por el subidón amoroso de Rodrigo cuya vida gira en torno a la presencia/ausencia de Manuel, donde las salas de cine se convierten en autobuses nocturnos, en paseos por la Gran Vía una noche de primavera, en volar sobre el Paseo de Recoletos. Y los recursos utilizados para reflejar las emociones mudas de Rodrigo, de la euforia del amor a la amargura de la decepción y, finalmente, la aceptación y la metáfora del dolor, son de una precisión extraordinaria, creando un relato fluido de una textura cremosa y trazo detallista, realmente bonito. Relato en el que la experimentación gráfica es, en absoluto, gratuita, evidenciando un trabajo intelectual previo, una reflexión sobre la obra y cómo llevarla a cabo que no está al alcance de cualquiera. Visualmente deslumbrante (a pesar de algún detalle ochentero) y de una delicada emotividad como sólo tienen las historias pequeñas y cotidianas, Manuel... es una de las joyas secretas del tebeo español.
El volumen se complementa con varias historietas cortas publicadas en diversos medios y una bonito epílogo de Manuel no está solo. Eso sí, edición de superluxe muy cara. Y aparecen escenas explícitas de sexo homosexual entre señores muy peludos, así que no digan que no les avisé...
Reedición de las historietas publicadas en La Luna de Madrid, una revista moderna de la época, Manuel... es la crónica de la breve historia de amor truncada entre Rodrigo y Manuel en el trasfondo de un Madrid delicioso, ideal y mágico como nunca había visto antes. Una ciudad pletórica, embriagada por el subidón amoroso de Rodrigo cuya vida gira en torno a la presencia/ausencia de Manuel, donde las salas de cine se convierten en autobuses nocturnos, en paseos por la Gran Vía una noche de primavera, en volar sobre el Paseo de Recoletos. Y los recursos utilizados para reflejar las emociones mudas de Rodrigo, de la euforia del amor a la amargura de la decepción y, finalmente, la aceptación y la metáfora del dolor, son de una precisión extraordinaria, creando un relato fluido de una textura cremosa y trazo detallista, realmente bonito. Relato en el que la experimentación gráfica es, en absoluto, gratuita, evidenciando un trabajo intelectual previo, una reflexión sobre la obra y cómo llevarla a cabo que no está al alcance de cualquiera. Visualmente deslumbrante (a pesar de algún detalle ochentero) y de una delicada emotividad como sólo tienen las historias pequeñas y cotidianas, Manuel... es una de las joyas secretas del tebeo español.
El volumen se complementa con varias historietas cortas publicadas en diversos medios y una bonito epílogo de Manuel no está solo. Eso sí, edición de superluxe muy cara. Y aparecen escenas explícitas de sexo homosexual entre señores muy peludos, así que no digan que no les avisé...
Carlitos Fax (Los libros de Mister K #1) - Albert Monteys
El jueves. Rústica. Color. 64 pag. 9.90€.
Albert Monteys era mi favorito del colectivo de La Penya en aquel seminal Mondo Lirondo y el que más prometía en mi opinión. Impresión confirmada por su trayectoria posterior buscando una manera de ganarse las lentejas en el difícil mundo de la historieta renumerada. Con su trabajo en El Jueves, Monteys (junto con Fontdevila) demostró ser un modelo de inteligencia y saber adaptarse al mercado sin dejar de hacer estupendos trabajos. Coautor con el otro mostro (Fontdevila) de la estupenda serie Para tí que eres joven y en solitario, Tato, Monteys se atreve con el tebeo infantil para la revista Mister K (también editada por El Jueves, en un acertado intento, en cuanto a intenciones, de recuperar la cantera del tebeo, el público infantil) con un personaje creado para la ocasión, Carlitos Fax, cuyas historietas se recopilan aquí.
Carlitos Fax es un homenaje absoluto a la manera de hacer tebeos de Bruguera; escogiendo como personaje a una máquina de fax, que pasa a ser periodista en el convulso siglo XXX (argumento me recuerda a otro tebeo muy brugueriano, el divertidísimo Perico Carambola de Folch/Gallardo), Monteys pergueña divertidas historias de tres páginas que recuerdan inmediatamente al método de la mítica editorial catalana: narración fluidísima tremendamente dinámica y sabiamente eficaz sin excesivos alardes formales (esos personajes expresivos hasta el delirio que siempre aparecen deambulando como en un teatrillo), el tratamiento humorístico de cuestiones de nuestra vida cotidiana hábilmente re-contextualizados y un sentido del humor al que no le falta la mala leche. Toques retrofuturistas a lo Futurama redondean la fórmula de cómo hacer un tebeo comercial ("para chavales de 0 a 99 años" como rezaba el Tio Vivo) con talento y acierto aunque no con la brillantez de otros trabajos suyos (el mismo Para tí que eres joven o aquel Calavera Lunar). Ahora sólo falta que los de Mister K recopilen lo de Carlös (Chechu se caga de miedo), que está bien chulo.
Carlitos Fax es un homenaje absoluto a la manera de hacer tebeos de Bruguera; escogiendo como personaje a una máquina de fax, que pasa a ser periodista en el convulso siglo XXX (argumento me recuerda a otro tebeo muy brugueriano, el divertidísimo Perico Carambola de Folch/Gallardo), Monteys pergueña divertidas historias de tres páginas que recuerdan inmediatamente al método de la mítica editorial catalana: narración fluidísima tremendamente dinámica y sabiamente eficaz sin excesivos alardes formales (esos personajes expresivos hasta el delirio que siempre aparecen deambulando como en un teatrillo), el tratamiento humorístico de cuestiones de nuestra vida cotidiana hábilmente re-contextualizados y un sentido del humor al que no le falta la mala leche. Toques retrofuturistas a lo Futurama redondean la fórmula de cómo hacer un tebeo comercial ("para chavales de 0 a 99 años" como rezaba el Tio Vivo) con talento y acierto aunque no con la brillantez de otros trabajos suyos (el mismo Para tí que eres joven o aquel Calavera Lunar). Ahora sólo falta que los de Mister K recopilen lo de Carlös (Chechu se caga de miedo), que está bien chulo.
WildC.A.T.S. Battery Park - Joe Casey/Sean Phillips/Steve Dillon
Planeta. Rústica. 224 pag. Color. 16.95€
Andaba rondándome por la cabeza pillarme algo de los Wildcats de Joe Casey puesto que había leído supercalifragilísticas reseñas de su trabajo en la serie, concretamente sobre el arco argumental Serial Boxes, en el que Casey entraba como un elefante en una cacharrería poniendo la serie (y sus personajes) patas arriba llevándolos más allá del punto de no retorno. En éstas que Planeta publica Battery Park recopilatorio que contiene los números inmediatamente posteriores a Serial Boxes, así que me pareció un momento tan bueno como cualquier otro como para subirme al carro.
Y de verdad que quería que me gustase, pero ha resultado una decepción gordísima. No dudo que Serial Boxes fuera un gran tebeo, pero demostrando aquello de que es más fácil derribar que construir, Casey es incapaz de dar atractivo a la nueva reorganización de Wildcats. Abusando de una estructura abarrotada de clichés vistos hasta la saciedad en otros tebeos de supes "para adultos", "serios" o "realistas" y, sobre todo, en series de televisión moernas tipo 24, el tebeo me ha resultado tremendamente aburrido. Hasta me da pereza contarles de que va, simplemente decirles que está casi totalmente dedicado al personaje de Cole, un típico tipo duro que se tira interminables páginas peleando con el FBI, metido en una rutinaria historia de drogas y, lo más importante, tonteando con Zealot, su ex-piba a la que creía muerta, todavía más dura y zumbada que él. Este par de dos, de dos..., este par, decía, toman un café, se dan de ostias con unas tías que pasan por allí, follan, se dan más ostias... Y no precisamente en ese orden. El clímax del volumen es una insulsa revisión del argumento "traidor en nuestras filas" (joer, si que son pupas en este grupo, primero Tao y ahora esto). Aunque por lo menos sale un malo que ha aprendido algo de Bill Gates en cuanto a cómo hay que conquistar el mundo (me lo imagino en un curso de reciclaje para supervillanos impartido por un Lex Luthor que diera clase delante de una pizarra en la que pusiera; "ES LA ECONOMÍA, ESTÚPIDOS"). Y el final, recuperando a una Voodoo desahuciada sin piernas, le da una nueva dimensión al concepto deus ex-machina (a falta que baje un ángel en el último momento para arreglarlo todo como en los clásicos, Casey utiliza a un daemonita). En fin un fiasco en toda regla del que sólo se salva el gran Sean Phillips.
Y de verdad que quería que me gustase, pero ha resultado una decepción gordísima. No dudo que Serial Boxes fuera un gran tebeo, pero demostrando aquello de que es más fácil derribar que construir, Casey es incapaz de dar atractivo a la nueva reorganización de Wildcats. Abusando de una estructura abarrotada de clichés vistos hasta la saciedad en otros tebeos de supes "para adultos", "serios" o "realistas" y, sobre todo, en series de televisión moernas tipo 24, el tebeo me ha resultado tremendamente aburrido. Hasta me da pereza contarles de que va, simplemente decirles que está casi totalmente dedicado al personaje de Cole, un típico tipo duro que se tira interminables páginas peleando con el FBI, metido en una rutinaria historia de drogas y, lo más importante, tonteando con Zealot, su ex-piba a la que creía muerta, todavía más dura y zumbada que él. Este par de dos, de dos..., este par, decía, toman un café, se dan de ostias con unas tías que pasan por allí, follan, se dan más ostias... Y no precisamente en ese orden. El clímax del volumen es una insulsa revisión del argumento "traidor en nuestras filas" (joer, si que son pupas en este grupo, primero Tao y ahora esto). Aunque por lo menos sale un malo que ha aprendido algo de Bill Gates en cuanto a cómo hay que conquistar el mundo (me lo imagino en un curso de reciclaje para supervillanos impartido por un Lex Luthor que diera clase delante de una pizarra en la que pusiera; "ES LA ECONOMÍA, ESTÚPIDOS"). Y el final, recuperando a una Voodoo desahuciada sin piernas, le da una nueva dimensión al concepto deus ex-machina (a falta que baje un ángel en el último momento para arreglarlo todo como en los clásicos, Casey utiliza a un daemonita). En fin un fiasco en toda regla del que sólo se salva el gran Sean Phillips.
El lado amargo - Santiago Valenzuela
Astiberri. Rústica. 96 pag. Color y b/n. 15€.
Segundo recopilatorio de historias cortas de Santiago Valenzuela en unos meses y ya podemos afirmar que sí, que a pesar de algunos detractores, Valenzuela triunfa y gusta y sus seguidores ya son legión. Y yo encantado de la vida.
En este nuevo álbum Valenzuela utiliza la misma técnica de fix up (relatos engarzados por un hilo conductor que acaban formando un todo uniforme) que ya empleó en Sociedad Limitadísima con el objeto de unificar aún más la obra. En este caso nos ofrece una selección las historias publicadas en TOS y otros fanzines, relatando el descenso a los infiernos de la marginalidad intelectual de Julio César Cienfuegos, el editor del combativo fanzine "El regreso de los ultramarinos". Misántropo en perenne exilio interior, profundamente triste y fino estilista en el satisfactorio arte de la paja mental y la verborrea, nuestro héroe caído vendría a ser un improbable cruce entre Fernando Pessoa, Diógenes y Jose María García. Julio César despotrica contra todo lo que se pone a tiro sin dejar títere con cabeza; la vida, la muerte, tú, yo, la gente, los taxistas, las urbanizaciones, el consumismo, la tele, la literatura, el pensamiento, el cine, los intelectuales de pacotilla, la psicología y lo que haga falta, haciendo lo único que se puede hacer; descojonarse de todo ello desde el lado más amargo y pesimista (especialmente brillantes "Una temporadilla en el infierno", "Aquí me quedo" y "Hay un método en su locura"). Gráficamente el álbum es irregular, mezclándose historias primerizas más titubeantes, con otras recientes que poseen todas las características del clásico estilo Valenzuela; caricatura feísta, surrealismo, horror vacui y arquitectura desquiciada.
Eso sí, Valenzuela no se ha cortado un pelo y parece que con la intención de crispar a esos detractores que le reprochan sus kilométricos y abigarrados bocadillos, aquí nos clava unos discursos que son de lo más espeso que le he leído hasta el momento (quizá este tebeo hubiera sido menos agotador publicado en un formato más grande) y es muy probable que la mayoría se los salte para ir directamente a las historias en sí. Pero si tienen la paciencia de leérselos encontrarán algunas de las más certeras reflexiones (siempre con la sana intención de carcajearse) sobre nuestra sociedad y los desgraciados que pululamos por ella. Antes de quedar totalmente exhaustos por la verborrea, claro.
Feria de monstruos - Bruce Jones/Berni Wrightson
Planeta. Cartone. 64 paginas. b/n. 7.95€
En esta fiebre de reediciones que ya cae de todo, Planeta aprovecha la reedición de este álbum por Image en USA para obsequiarnos con un clásico de la era Toutain, el Feria de monstruos de Jones y Wrightson, un tebeo de terror que era lo más cuando era chaval y me pillaba el Creepy.
Inspirado tanto en los tebeos EC como en el clásico Freaks de Tod Browning e incluso el folletín romántico, Jones construye la historia sobre una brutal venganza, el castigo y la culpa, que debería ser obligatorio en una escuela de guionistas, trampas incluidas (y son unas trampas para cazar brontosaurios por lo menos). Pero que funciona como un reloj gracias a la férrea estructura del guión, lo descarnado de la historia y, sobre todo, el brillante trabajo de Wrightson, depurando y estilizando al mítico ilustrador de los tebeos de terror EC, Graham Ingels, luciendo pletórico de fuerza en b/n (la anterior edición era a color) y extraordinariamente detallista e imaginativo en el retrato de lo grotesco.
Inspirado tanto en los tebeos EC como en el clásico Freaks de Tod Browning e incluso el folletín romántico, Jones construye la historia sobre una brutal venganza, el castigo y la culpa, que debería ser obligatorio en una escuela de guionistas, trampas incluidas (y son unas trampas para cazar brontosaurios por lo menos). Pero que funciona como un reloj gracias a la férrea estructura del guión, lo descarnado de la historia y, sobre todo, el brillante trabajo de Wrightson, depurando y estilizando al mítico ilustrador de los tebeos de terror EC, Graham Ingels, luciendo pletórico de fuerza en b/n (la anterior edición era a color) y extraordinariamente detallista e imaginativo en el retrato de lo grotesco.
Claus y Simón, los reyes de la evasión - Santi Arcas/Daniel Acuña
Glenat. Cartoné. 48 pag. Color. 12€
Nuevo álbum de las creaciones de Santi Arcas y Daniel Acuña, después de dos (o tres, no recuerdo) Bruts publicados por La Cúpula en los que sus personajes, el payaso Claus y el dinosaurio Simón, se desenvolvían en el Hollywood de los años 30 en tono de comedia. Dos tebeos que sin impactarme especialmente dejaban buen sabor de boca y donde destacaba en brillante trabajo de Acuña, un dibujante a medio camino entre Adam Hughes, Kevin Nowlan y Neal Adams, que le daba sopas con honda a la mayoría de dibujeros de superhéroes de hoy en día.
Y por sorpresa me encuentro en la librería con un álbum a todo color publicado por Glenat con una nueva aventura de estos personajes con la que Arcas & Acuña debutaron en el mercado francés. El planteamiento es muy sencillo; Claus y Simón malviven en un Japón "alternativo" actuando en teatros de mala muerte hasta que son contratados para debutar en Cosmo City como especialistas de escapismo al estilo Houdini pero del futuro. Todo va como la seda hasta que las mafias del espectáculo entran el la vida de la pareja.
Este es, claramente, un tebeo de dibujante. El trabajo de Acuña es soberbio, en este caso aplicando un color que recuerda lejanamente a Corben y, sobre todo, a Liberatore. En el mundo de Acuña todo tiene un aspecto estupendo, desde las calles de Orient City directamente extraídas de un Neuromante que hubiera sido ambientado en el Shangay de los años 30, hasta el paraíso retrofuturista de Cosmo City. Un mundo que parece conectado a la cultura popular del momento, desde el manga hasta tebeos como Terminal City; policías cabezones que parecen sacados del Dr. Slump, animales parlantes, descomunales peces-nave, preciosos zeppelines, monos escapistas... Y, por supuesto, las despampanantes señoritas que dibuja Acuña... Lástima, que el argumento no esté a la altura. No es que sea horrible ni mucho menos, es puro entretenimiento con toques de humor, pero en el que los recursos para construir la historia suenan a algo ya visto/leído y no me ha acabado de convencer. En fin, como dice mi madre; "es que comes con los ojos".
Y por sorpresa me encuentro en la librería con un álbum a todo color publicado por Glenat con una nueva aventura de estos personajes con la que Arcas & Acuña debutaron en el mercado francés. El planteamiento es muy sencillo; Claus y Simón malviven en un Japón "alternativo" actuando en teatros de mala muerte hasta que son contratados para debutar en Cosmo City como especialistas de escapismo al estilo Houdini pero del futuro. Todo va como la seda hasta que las mafias del espectáculo entran el la vida de la pareja.
Este es, claramente, un tebeo de dibujante. El trabajo de Acuña es soberbio, en este caso aplicando un color que recuerda lejanamente a Corben y, sobre todo, a Liberatore. En el mundo de Acuña todo tiene un aspecto estupendo, desde las calles de Orient City directamente extraídas de un Neuromante que hubiera sido ambientado en el Shangay de los años 30, hasta el paraíso retrofuturista de Cosmo City. Un mundo que parece conectado a la cultura popular del momento, desde el manga hasta tebeos como Terminal City; policías cabezones que parecen sacados del Dr. Slump, animales parlantes, descomunales peces-nave, preciosos zeppelines, monos escapistas... Y, por supuesto, las despampanantes señoritas que dibuja Acuña... Lástima, que el argumento no esté a la altura. No es que sea horrible ni mucho menos, es puro entretenimiento con toques de humor, pero en el que los recursos para construir la historia suenan a algo ya visto/leído y no me ha acabado de convencer. En fin, como dice mi madre; "es que comes con los ojos".
Y una última recomendación, en la colección de tebeos del periódico el Mundo han salido dos joyas que, al leerlas, me han puesto los pelos de punta de nostalgia (a punto he estado de hacerme un bocata de salchichón con mantequilla para acompañar la lectura). Una es 13 Rue del Percebe (nº5, 27 de junio), que juraría recopila todas las planchas de la que era mi favorita de las creaciones de Ibáñez. Más allá de la nostalgia me ha encantado y me ha permitido redescubrir al Ibáñez del principio (el de "las narices afiladas" como escribía Álex De la Iglesia), de una mala leche muy cabrona y divertida.
Y el otro es el Superlópez, con dos entregas (nºs 9 y 15, publicados el 6 y 20 de julio respectivamente) en las que se encuentran clásicos como La semana más larga, Los cabecicubos o El señor de los chupetes, tres de mis historias favoritas del personaje. Que deciros, seguro que las habéis leído todos en uno u otro momento de vuestra infancia. Pues que se mantienen igual de frescas y divertidas, una absoluta delicia. Y Los cabecicubos es el mejor y más divertido análisis del auge de los fascismos que he leído. Hala, acabo de hacer estallar el boutadómetro.
Todavía podéis encargar los tomitos a vuestro quiosquero de confianza, sale por unos tres euros cada volumen y encima sin el molesto periódico. Yo no me lo pensaría.
4 comentarios:
Coincido con tu opinión sobre "Carlitos Fax", que es Bruguera por los cuatro costados. Lo he leído poco a poco, de dos historietas en dos historietas, y a parte de haberme endulzado durante varios días me he reído casi lo mismo que con el primer y glorioso "Calavera Lunar" nº 237. Además es ciencia ficción retro de la buena.
Lo que lamento es que comprases el "Battery Park" por mi culpa. De nuevo coincido con todo lo que escribes. El otro día en un momento de bajón me pillé el primero de la nueva colección, versión 3.0, y mejora algo. Aunque sigue con un perfil bastante bajo.
El resto, anoto el de "Feria de monstruos" y el de Valenzuela... joe, es que me parece una pasada pagar 15 € por algo que no es en tapa dura y que encima es la recuperación de historias ya publicadas. Sé que en comparación con los WildCats es una bicoca, pero...
Y del de Claus y Simon también paso. Los guiones de Arcas me parecen flojos y aunque Acuña me encanta no me parece suficiente para comprarlo. Soy de los que si un tebeo no tiene una buena historia detrás me aburro soberanamente.
Por cierto, estoy leyendo el séptimo tomo de "Maison Ikkoku" y aunque huele un poco ya la indecisión de los protagonistas (te quiero pero me da miedo reconocerlo), es alucinante como después de más de 2500 páginas se sigue leyendo tan bien como en el primer momento. Mi novia está encantada y yo... también.
Yo con Wildcats me espero a que Grant Morrison la escriba. El escocés está en forma, y bueno, habrá que aguantar a Jim Lee, pero no será problema. Peores dibujantes le han tocado al calvete.
El de Claus y Simón lo ojeé y no me gustó.
Bernie Wrightson es un máquina y ese quizá si que caiga.
El de Manuel..., y el de Santiago Valenzuela probablemente caigan (por cierto, sigo con mi búsqueda de Horizontes Lejanos, y parece que ya se ve un poco de luz y podré disfrutar dentro de poco del Capitán Torrezno);
Y bueno, Carlitos Fax también me lo terminaré comprando.
Pero cuantas compras tengo que hacer!!
Nacho,
No te preocupes por lo de Wildcats, quien iba a imaginar que fuera tan flojo. Además me lo pillé porque por aquí en León es difícil conseguir "Serial Boxes" y antes de pedirlo por internete me animé con este "Battery Park". Era tan bonito y tan apetecible y tan tomazo que... De todas maneras intentaré conseguir el "Serial Boxes" cuando baje por Madrid a finales de Agosto.
En cuanto al Valenzuela pues tienes razón, es muy caro. Yo es que soy incondicional y me pasa que cuando compro un tebeo al que tengo muchas ganas o es de mis autores fetiche no le miro el precio (no, no soy rico). Hay cinco historias realmente buenas pero si no eres fan pues... El de Arcas y Acuña pues no, no merece la pena, se definiría perfectamente con lo de "comer con los ojos".
Esto me recuerda que debería poner algún tipo de valoración en las reseñas y pasar directamente de hacerlas, jeje...
Ah, Maison Ikkoku. Pues sí, el estiramiento de la indecisión es totalmente irreal, la idiosincrasia del tebeo japonés comercial es lo que tiene (y este folletinismo agónico es una constante en todas las obras importantes de la Takahashi). Pero está tan maravillosamente llevado con esos cambios tan sutiles, es tan divertido, los personajes son tan carismáticos y tiene tanto encanto que se perdona todo. Me alegro que os esté gustando.
Xoota,
Morrison tiene la negra con los dibujantes (por lo general, hay excepciones) así que no me preocuparía por ahí. Peor lo tuvo Alan Moore en su etapa en Wildcats (sí, mucho Charest, pero entre Marat Mychaels y un tal Brevoort, buf...) y le salió un tebeo cojonudo. Lo que pasa es que no veo yo al divino calvo triunfando fuera de DC... Lo mejor de sí lo da en esta editorial, quizá le vaya mejor el estilo más irreal y juguetón de la DC que el, ejem, "realismo" Marvel pero en "guay" que es Image.
Por cierto como no os compréis todos la futura edición española de la Doom Patrol de Morri os voy a dejar de dirigir la palabra (ya voy preparando post sobre la serie).
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